jueves, 6 de noviembre de 2025

MUJERES CIENTÍFICAS Y/O MATEMÁTICAS

Algún día las niñas dirán orgullosas que quieren ser científicas.
Ariadna Farrés Basiana


Dos entrevistas a la Dra. Ariadna Farrés Basiana

Pero primero: ¿QUIÉN ES ARIADNA FARRÉS BASIANA?

Ariadna Farrés Basiana (Barcelona, Catalunya, 3 de septiembre de 1981) es una matemática catalana que trabaja en la NASA.

Biografía de Ariadna Farrés Basiana
Ariadna Farrés Basiana nació en Barcelona el 3 de septiembre de 1981. Se graduó en Matemáticas en la Universitat Autònoma de Barcelona y, más tarde, obtuvo su doctorado en Matemática Aplicada en la Universitat de Barcelona. Es una matemática astrodinámica española, especializada en mecánica celeste y dinámica orbital. Su carrera se ha desarrollado profesionalmente en el campo de la astrodinámica.

Durante su doctorado, se centró en el estudio de las velas solares, una tecnología que aprovecha la presión de la radiación solar para propulsar naves espaciales. Su investigación se enfocó en cómo las velas solares podían utilizarse en misiones dentro del sistema Tierra-Sol. La pasión por esta línea de estudio la llevó a realizar una pasantía en el Goddard Space Flight Center de la NASA. Su objetivo inicial era obtener una posición académica en España, pero, ante la falta de oportunidades, decidió prolongar su estancia en la NASA, donde finalmente fue contratada como investigadora a tiempo completo en mayo de 2017.

Desde que forma parte de la NASA, ha trabajado en varias misiones espaciales, entre ellas el diseño de trayectorias y maniobras orbitales para misiones que operan en los puntos de Lagrange, zonas del espacio donde las fuerzas gravitacionales se equilibran y permiten a las naves espaciales mantener su posición con un consumo mínimo de combustible. Su trabajo también incluye la planificación de misiones con el telescopio espacial Nancy Grace Roman y la misión Space Weather Follow-On – L1 (SWFO-L1).

Además, Ariadna ha participado activamente en iniciativas para promover la ciencia y la tecnología entre las mujeres. Fue parte de la misión análoga a Marte Hypatia I, que se llevó a cabo en la Mars Desert Research Station, en Utah, donde colaboró en investigaciones sobre la vida en Marte y participó en actividades de divulgación científica. También ha trabajado en talleres y conferencias para inspirar a jóvenes, especialmente a niñas, a seguir carreras en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM).

A lo largo de su trayectoria, Ariadna ha sido reconocida por su trabajo en astrodinámica y su contribución a la investigación sobre integradores numéricos de alta precisión y el comportamiento dinámico de las velas solares en el sistema solar. Actualmente, continúa siendo una figura influyente en los campos de la ciencia y la tecnología, trabajando para asegurar que más mujeres puedan acceder y contribuir al mundo científico.

Ariadna Farrés Basiana, Wikipedia, en catalán

ENTREVISTA No. 1

NO HAY LÍMITES IMAGINARIOS PARA LA DRA. ARIADNA FARRÉS-BASIANA
Cuando era más joven, la Dra. Ariadna Farrés-Basiana miraba al cielo y se maravillaba ante la inmensidad del espacio. Ahora, los horizontes son ilimitados, ya que ayuda a la NASA a explorar el universo expansivo calculando las trayectorias y maniobras necesarias para llevar misiones al espacio.


¿Qué haces en Goddard? ¿En qué te enfocas?
Soy parte del equipo de dinámica de vuelo. Nosotros somos los encargados de calcular las trayectorias, las maniobras y demás para llevar una nave espacial al espacio y que llegue a su destino final. Actualmente estoy trabajando en dos proyectos principales; la misión Seguimiento de la meteorología espacial-Lagrange 1 (SWFO-L1, por sus siglas en inglés), que es una misión de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica que monitoreará la meteorología espacial, y el telescopio espacial Roman de la NASA. Participo en ambas misiones como parte del equipo de dinámica de vuelo. Me encargo de calcular la trayectoria de transferencia, lo que sería el camino por el espacio que estos telescopios deben seguir para ir desde la Tierra hasta el entorno de los puntos de Lagrange L1 y L2.  Estos son lugares en el espacio donde las fuerzas gravitacionales se equilibran entre sí y una nave espacial no necesita gastar tanto combustible para mantener su órbita. Además de eso, trabajo en las estrategias de mantenimiento, que son las maniobras rutinarias que debemos hacer para que nuestro telescopio se mantenga en órbita.

¿Cuál fue tu trayectoria a la NASA?
Mi doctorado se centró en velas solares, que es una forma de navegar por el espacio utilizando la fuerza de la luz que emite el Sol como si fuera un viento que impulsa las velas de la nave espacial. Siempre pensé que mi contribución a la NASA sería como investigadora, como profesora en una universidad. Siempre había soñado con entrar en la NASA, pero nunca pensé que fuera posible. Por aquel entonces, estaba tratando de encontrar un puesto como profesora titular en la Universidad de Barcelona. Mientras esperaba, un profesor mío que había colaborado con gente de la NASA allá por los años 90 llamó a sus antiguos colegas y les dijo que tenía un estudiante de doctorado que estaba buscando una pasantía de verano; luego les preguntó si podía hacer una pasantía con ellos durante unos meses. Y ellos dijeron que sí. Vine a Goddard un verano como pasante y fue increíble. Al final no conseguí el puesto como profesora titular en España y, cuando le dije a la gente de aquí que no tenía trabajo, me preguntaron si quería venir y terminar el proyecto de investigación que había comenzado aquí, así que seguí extendiendo mi pasantía. En mayo de 2017 me incorporé por segunda vez a Goddard, esta vez como empleada a tiempo completo. Lo que hubieran sido sólo siete meses de pasantía terminaron siendo los siete años que llevo aquí.


¿Qué te hizo interesarte en las matemáticas y especializarte en ellas?
Cuando llegó el momento de elegir en qué quería especializarme, estaba dudando entre dos especializaciones: ingeniería aeroespacial, porque siempre he tenido el espacio en mente, o matemáticas porque realmente las disfrutaba. Elegí matemáticas, principalmente porque podía quedarme en mi país. Hace como 20, 25 años, la investigación aeroespacial no era la gran cosa en España; especializarme en ingeniería espacial hubiera significado mudarme de mi ciudad natal e irme a Madrid, que es donde estaba la única universidad en la que sabía que podía hacer eso. Así que terminé decantándome por de las matemáticas y decidí que sería genial aprender más.

Mencionaste que estabas interesada en el espacio desde pequeña. ¿Qué te fascinó del cielo?
Recuerdo mirar así el cielo, la Luna y preguntarme qué hay ahí fuera. A mi papá también le gustaban las ciencias y me explicaba cosas sobre el espacio. Él tenía un amigo que tenía un telescopio y a veces íbamos a observar, era tan fascinante. Me interesaba la inmensidad del cielo y el hecho de que no sabemos mucho sobre el espacio.

¿Cómo te sientes trabajando en dos telescopios diferentes, habiendo sido inspirada por telescopios cuando eras más joven?
Es muy gratificante saber que mi trabajo ayudará a que estos telescopios vayan al espacio y operen desde ahí. Encontrar soluciones para esto me hace sentir muy orgullosa de lo que hago. Siento como si todo el conocimiento que tengo se estuviera aplicando a algo físico, práctico, que estará en el espacio y que ayudará a otros científicos a hacer grandes descubrimientos.

¿Qué historia o tradición de tu ciudad natal te hace sonreír cuando piensas en ella?
El día más bonito es la fiesta de Sant Jordi, es un día precioso. Es el día del libro y la rosa. No es festivo, pero todo el mundo busca una excusa, un momento del día para salir a comprar un libro y una rosa para sus seres queridos. El ambiente que se respira durante esos días es precioso. Además, mi hermano se llama Jordi, entonces es un día especial porque lo celebramos todos juntos.


¿Estás involucrada en otras actividades fuera de tu trabajo en la NASA?
Formo parte del proyecto Hypatia. Se trata de incentivar vocaciones científicas entre las chicas que están potencialmente interesadas en las carreras de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (CTIM). Hacemos misiones análogas en el desierto de Utah, simulaciones como si estuviéramos en Marte. Quién no ha soñado alguna vez en ir al espacio, o simplemente se ha preguntado alguna vez cómo sería un viaje a Marte o la vida en Marte. Con las simulaciones ayudamos a acercar estos sueños a los estudiantes. Lo que más me está gustando de esta iniciativa es poder ir a las escuelas a explicar nuestras experiencias. Es importante mostrarles a variadas mujeres que hacen investigación. Esto ayuda a cambiar la idea que muchos tienen de que para ser científico has de ser un hombre con gafas y bata blanca. Hay pocas mujeres en el campo del espacio. Muchas veces tienes la sensación que hay que demostrar que vales más, demostrar que estás ahí porque te lo mereces. Es bonito estar involucrada en proyectos como Hypatia, porque he pasado mucho tiempo pensando sobre el tema de género en las disciplinas de CTIM. Es mi contribución para que las próximas generaciones no tengan tanto miedo para intentar seguir una carrera de CTIM. 

¿Dónde te ves en los próximos 5 años?
Me veo aún aquí en la NASA, trabajando en diferentes misiones, quizás tomando un rol con un poco más de liderazgo o más responsabilidad.
Por Alexa Figueroa
NASA’s Goddard Space Flight Center, Greenbelt, Md.

ENTREVISTA No. 2

Entrevista con Ariadna Farrés Basiana, del Centro Goddard Flight Center de la NASA
Por la Comisión Mujeres y Matemáticas de la Real Sociedad Matemática Española
28 marzo, 2025

El pasado mes de enero (2025) se celebró en Alicante la [jornada] XXI de la Escuela de Invierno Recent trends in Nonlinear Science de la red temática española DANCE. Uno de los cursos, con título Navigating the Dynamics of Earth-Sun system, fue impartido por la investigadora de la NASA Ariadna Farrés Basiana. Licenciada en Matemáticas por la Universidad Autónoma de Barcelona y doctora en Matemática Aplicada por la Universidad de Barcelona, su especialidad es la astrodinámica y la mecánica celeste. Ha dedicado parte de su carrera científica a estudiar el comportamiento de las velas solares en el sistema Tierra-Sol, […] estudiando en qué tipo de misiones pueden ser utilizadas. También forma parte de un proyecto que investiga el modelado de presión de radiación solar para la misión WFIRST.

Actualmente trabaja en el Goddard Space Flight Center de la NASA como experta en el impacto que la presión de la radiación solar tiene en las órbitas del punto de liberación, estudiando cómo minimizar el coste de las maniobras de mantenimiento de la estación. También colabora con el Instituto de Heliofísica Planetaria Goddard, en Greenbelt (Maryland, EE. UU.), apoyando a las misiones James Webb Space Telescope y al Nancy Grace Roman Space Telescope.

En 2006 la Sociedad Catalana de Matemáticas le otorgó el Premio Évariste Galois por su trabajo «Solar Sailing al Sistema Tierra-Luna”.  Fue una de las nueve científicas participantes en el Proyecto Hypatia I en el seno de la asociación Hypatia Mars. Dicha asociación combina la exploración espacial con la promoción de la diversidad en las disciplinas STEAM (ciencia, tecnología, ingeniería, arte y matemáticas). Inspirada por el legado de Hipatia de Alejandría, un símbolo de liderazgo y sabiduría femenina, esta iniciativa tiene como objetivo crear referentes femeninos en la ciencia y la tecnología, impulsando la igualdad y el empoderamiento de las mujeres a través de misiones análogas de exploración espacial. La misión Hypatia I, realizada en abril de 2023, se desarrolló en la Mars Desert Research Station (MDRS) en Utah, recreando condiciones marcianas en un entorno controlado. Durante esta misión, una tripulación compuesta exclusivamente por mujeres llevó a cabo investigaciones científicas, probó tecnologías espaciales y analizó el comportamiento humano en situaciones extremas y aisladas, simulando una estancia en Marte. El equipo multidisciplinario estuvo integrado por expertas en astronomía, biología, ingeniería y periodismo, lo que subraya la importancia de la colaboración diversa en la exploración espacial. A través de esta experiencia, Hypatia Mars no sólo contribuyó al avance científico, sino que también sirvió como plataforma de inspiración para niñas y jóvenes, alentándolas a visualizarse como futuras exploradoras espaciales. El éxito de Hypatia I ha abierto el camino para una nueva misión análoga, Hypatia II, realizada en febrero de 2025, en la que se ha proseguido con la investigación y experimentación en escenarios marcianos simulados.

Aprovechamos la visita de Ariadna a Alicante para hacerle algunas preguntas:

¿En qué consiste tu trabajo en la NASA?
Ariadna Farrés.- Formo parte del equipo de dinámica de vuelo del NASA Goddard Space Flight Center, somos el equipo encargado de planear las trayectorias y maniobras para llevar a cabo una misión. Actualmente estoy trabajando en dos misiones: el Space Weather Follow On L1 (SWFO-L1) y el Roman Space Telescope (RST). Son dos telescopios que irán a los puntos de Lagrange L1 y L2, del sistema Tierra-Sol. Una parte de mi trabajo consiste en diseñar los algoritmos para planear las maniobras de inserción y mantenimiento en estación. Es decir, las maniobras para llegar a la órbita de destino, y las maniobras para mantener el satélite en órbita, respectivamente. Otra parte importante es hacer análisis sobre cómo varía el coste de las maniobras en distintos escenarios y analizar posibles casos de contingencia.  Así que me paso muchas horas delante del ordenador programando o analizando datos.

¿Qué te hizo interesarte en las matemáticas y especializarte en ellas?
A.F.- En Bachillerato, las matemáticas eran una de mis asignaturas favoritas. Creo que lo que más me gustaba era el poder resolver los problemas que se planteaban, era como un juego. Tenías las herramientas que te habían enseñado en clase, y con eso más un poquito de imaginación tenías que ser capaz de encontrar la solución; los problemas de geometría espacial (planos y rectas) eran mis favoritos. Al terminar Bachillerato tenía mucha curiosidad por saber más de lo que había aprendido en el colegio y por eso hice la carrera. Una vez terminada, con 22 años ninguna de las salidas laborales que había me atraía. Además, descubrí que podía aplicar las matemáticas para estudiar el movimiento de cuerpos en el espacio, y decidí embarcarme en la aventura de hacer un doctorado y así poder hacer dos de mis pasiones, las matemáticas y el espacio.

¿Cómo se aplican las matemáticas en tu investigación en la NASA?
A.F.- Los sistemas dinámicos han jugado un papel importante a la hora de entender el movimiento de naves en el espacio. En particular el estudio del problema restringido de tres cuerpos (PRTC) y el estudio de la dinámica alrededor de los llamados puntos de Lagrange. El PRTC es un modelo matemático que captura buena parte de la dinámica en el entorno del sistema Tierra Sol y es suficientemente sencillo para poder estudiarlo con herramientas numéricas y semianalíticas.
El grupo de sistemas dinámicos de la Universidad de Barcelona (donde empecé mi carrera científica) en los años 90 colaboró con la ESA, y sentaron las bases de cómo usar herramientas de sistemas dinámicos para encontrar objetos invariantes (orbitas periódicas, quasiperiódicas y variedades invariantes) y ayudaron a entender mejor cómo es la dinámica natural alrededor de los 5 puntos de Lagrange. En esta última década, estas herramientas se usan para determinar órbitas donde estacionar telescopios espaciales como el James Webb Space Telescope, o también para diseñar trayectorias de transferencia y algoritmos de mantenimiento en estación. Pero los sistemas dinámicos no son las únicas áreas de las matemáticas presentes en mi día a día, en muchos casos hay que resolver problemas de optimización para determinar trayectorias de coste mínimo, donde la función de coste puede ser el tiempo de vuelo o el combustible necesario.

¿Qué se siente al trabajar con telescopios tan importantes como el James Webb?
A.F.- El hecho de formar parte del equipo de telescopios como James Webb o Roman Space Telescope es todo un honor. Es fascinante ver cómo todos los subsistemas se entrelazan, y saber que has puesto tu pequeño granito de arena no tiene precio.

¿Has tenido alguna mujer referente en tu trayectoria? ¿Crees que hacen falta más referentes femeninos?
A.F.- La verdad es que me han faltado referentes femeninos, sobre todo cuando era pequeña. Pero durante el doctorado diría que los referentes que me vienen a la cabeza son Tere Martínez-Seara y Nuria Fagella porque, de manera indirecta, verlas dirigir estudiantes y tener una carrera exitosa me hicieron creer en que las mujeres tenemos un lugar relevante en los grupos de investigación, y me ayudaron a creer en mí misma. Pero sí creo firmemente en que nos faltan referentes femeninos tanto en matemáticas como en todas las disciplinas STEM, porque no deberíamos llegar a hacer un doctorado para encontrarlos.

¿Qué destacarías de las misiones Hypatia I e Hypatia II?
A.F.- A nivel personal, lo que más he disfrutado es el poder conocer a mujeres excepcionales tanto a nivel profesional como a nivel humano. Me llevo dos grandes experiencias y amistades para toda la vida de cada una de las dos misiones. Pero quizás destacaría la gran acogida que ha tenido el proyecto en las escuelas, especialmente en Catalunya. Muchas escuelas usan Hypatia, nos piden poder explicar la experiencia a los alumnos, y también usan Hypatia para hablar del rol de la mujer en la ciencia o sobre la exploración espacial. Saber que estás llegando a las nuevas generaciones te hace pensar que estamos haciendo las cosas bien.

Tu posición actual se sitúa como referente en un mundo mayoritariamente masculino, ¿ha supuesto esta situación cierta presión extra?
A.F.- Un poquito sí, ya que en muchos casos tienes la sensación de que debes demostrar constantemente que mereces estar donde estás. Todas las mujeres con las que trabajo son excepcionales, y siempre tienes esa vocecita interna que te dice que si tú no eres excepcional no mereces estar allí. Creo que esa es una sensación que la mayoría de los hombres no tiene.

¿Realizáis alguna actividad dirigida a niñas y jóvenes en relación con este proyecto tan bonito?
A.F.- Sí, realizamos muchas. Aparte de dar charlas en los colegios, también hemos desarrollado varios proyectos educativos. Desde un curso de astronautas (online) para edades entre 6 y 12 años, a un proyecto de divulgación llamado CATMart o una serie de cápsulas científicas relacionando conceptos de física de la ESO con la exploración espacial en Marte. Si bien es cierto que todo el mundo tiene acceso a estos recursos, creemos que al ser mujeres las que lideran estas actividades, ayudará a empoderar a las niñas y jóvenes que tengan curiosidad por las disciplinas STEM.

¿Cuál es tu próxima misión?
A.F.- Ahora mismo estoy enfocada en el lanzamiento de la misión SWFO-L1, una colaboración entre NASA y NOAA. Está previsto para septiembre del 2025, y las maniobras de inserción en las que he estado trabajando están planeadas para tres meses después del lanzamiento. Llevo más de tres años trabajando en esta misión y tengo muchas ganas de que llegue el día del lanzamiento.

¿Qué le dirías a las niñas a las que les encanta observar el cielo y también les gustan las matemáticas?
A.F.- Que sigan mirando al cielo y estudiando matemáticas, y que no tengan miedo a hacerse preguntas y/o dedicarse a lo que más les apasiona. Que serán capaces de llegar donde se propongan.

NOTA ACLARATORIA SOBRE LAS VELAS SOLARES (Administrador)
Las velas solares son un sistema de propulsión espacial que utiliza la luz del sol para impulsar las naves, similar a cómo una vela de barco usa el viento. Se basan en la presión de radiación de los fotones, que, aunque no tienen masa, transfieren su cantidad de movimiento al rebotar en una gran superficie reflectante. Este impulso continuo permite a la nave acelerar a lo largo del tiempo sin necesidad de combustible, abriendo posibilidades para la exploración espacial de larga duración, como misiones a otros planetas y al espacio profundo. 
     Principio de funcionamiento: Los fotones (partículas de luz) golpean la vela solar, que es muy ligera y reflectante. Al rebotar en ella, transfieren su momento, generando una pequeña fuerza de empuje que, acumulada con el tiempo, impulsa la nave.
     Ventajas:
        o Sin combustible: No requieren combustible químico, lo que elimina la necesidad de reabastecimiento y reduce el peso de la nave.
        o Aceleración constante: La presión de la luz solar, aunque es pequeña, proporciona una aceleración continua en el vacío del espacio.
     Desarrollo tecnológico:
        o Se están desarrollando velas solares con materiales compuestos ligeros y resistentes, como fibra de carbono.
        o Organismos como la NASA están probando estas tecnologías en misiones como la del ACS3 para demostrar su viabilidad.
     Aplicaciones futuras:
        o Misiones de larga duración al espacio profundo y a otros planetas.
        o Vigilancia del clima espacial y reconocimiento de asteroides.
        o Sistemas de comunicación en el espacio profundo. 

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