Científicos de la Universidad Vanderbilt desarrollaron un supercondensador de este material, que permite que los dispositivos funcionen muchos días sin parar
La idea de crear baterías de silicona del tamaño de un chip parecía absurda cuando los investigadores se la plantearon, pero rápidamente mostró ser una genialidad.
El material permite almacenar energía reuniendo iones en su superficie porosa. A diferencia de las baterías convencionales, que funcionan con reacciones químicas, estas pueden cargarse en cuestión de minutos y duran mucho más.