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domingo, 29 de abril de 2012

ENERGÍA

UNA 'START-UP' QUIERE COMERCIALIZAR BATERÍAS LÍQUIDAS

Una compañía de Cambridge está desarrollando baterías baratas capaces de almacenar energía de turbinas eólicas y paneles solares.

Por Kevin Bullis
Traducido por Francisco Reyes (Opinno)


El espacio de trabajo en el pequeño sótano que sirve como sede a Liquid Metal Battery, en Cambridge, Massachusetts (Estados Unidos), se parece más a un taller mecánico que a un laboratorio de alta tecnología salido del MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts).

En el lugar de cámaras de vacío y filas de cajas selladas de guantes puede verse una gran sierra de cinta, un taladro y una estación de soldadura. En otra esquina se encuentra un horno común y corriente como el que podría formar parte de un taller de cerámica. Aunque la tecnología de la compañía se basa en procesos químicos avanzados, las baterías tienen un aspecto rudimentario: latas de acero de paredes gruesas que los investigadores llenan de un polvo recogido de grandes cubos y barriles.

La simplicidad es parte del diseño. El objetivo de la compañía es crear baterías tan baratas que puedan almacenar a bajo coste la energía eólica generada por la noche -cuando suele hacer más viento pero la demanda de energía es baja- para después ser utilizada durante las horas de demanda máxima a lo largo del día. El proyecto ha atraído millones de dólares en inversiones iniciales de Bill Gates, la empresa petrolera francesa Total, y la Agencia de Proyectos Avanzados de Investigación para la Energía de EE.UU.

Liquid Metal fue fundada en 2010 pero comenzó a operar en el otoño pasado, y creció desde 7 a 17 empleados. Es una entre varias de las nuevas empresas que tienen la esperanza de aprender algo de los retos a los que se enfrentó una oleada anterior de start-ups dedicadas a la energía limpia. Este tipo de empresas han pasado por dificultades en parte debido a que las tecnologías antiguas, como por ejemplo las centrales eléctricas que funcionan con combustibles fósiles, los coches de gasolina e incluso las células solares convencionales, resultan baratas. Además, las compañías eléctricas se decantan por las tecnologías ya establecidas.

Algunas de las start-ups iniciales dedicadas a la producción de baterías se centraron en un prometedor material de electrodo descubierto en un laboratorio, pero luego se dieron cuenta de que la fabricación de dicho material se llevaba gran parte de los ahorros de costes prometidos. Ahora, el nuevo grupo de start-ups, entre ellas una derivada de A123 Systems llamada 24 M, y otra bajo el nombre de Aquion, están teniendo en cuenta los costes de fabricación desde un principio. Liquid Metal también ha identificado mercados que pueden permitirse pagar inicialmente los altos costes hasta que la producción a gran escala haga que las baterías sean más asequibles.

La compañía se llama Liquid Metal Battery puesto que los polvos que sus investigadores vierten en las células de la batería se calientan hasta el punto de fusión, momento a partir del cual se segregan naturalmente en tres capas: los electrodos positivos y negativos y el electrolito que los separa. Estos materiales ahora líquidos poseen una alta conductividad, por lo que las baterías pueden descargarse y cargarse rápidamente, aceptando carga un milisegundo y devolviéndola al siguiente, si fuera necesario, para ayudar a estabilizar las fluctuaciones de la oferta y la demanda en la red eléctrica.

Tomado de Technology Review (MIT Magazine)

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