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jueves, 9 de junio de 2011
HISTORIA BREVE
LA TABLA PERIÓDICA DE LOS ELEMENTOS
Por Alexandra Silver
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Seis átomos pueden parecer algo minúsculo —en especial si existen solo por fracciones de segundo—, pero estos pueden tener enormes implicaciones. El anuncio hace un tiempo de que los científicos rusos y estadounidenses finalmente habían logrado producir un poco del elemento 117 mediante el bombardeo de átomos de calcio (elemento 20) al berkelio (elemento 97) llena un lugar vacío en la tabla periódica. Cuando los resultados estén confirmados, "ununseptium" recibirá un apodo atractivo y ocupará la plaza, entre el 116 y el 118 - elementos que también esperan nombres propios de la Unión Internacional de Química Pura y Aplicada.
Hemos recorrido un largo camino desde la lista clásica de tierra, viento, agua y fuego. Los elementos modernos, con todas sus complejidades, requieren de un gráfico cuyas filas y columnas reflejen sus propiedades y cómo interactúan unos con otros. En el siglo 19, varios científicos trabajaron en el desarrollo de una tabla periódica que organizara los elementos según su peso atómico. Es el profesor de química de Rusia Dmitri Mendeleev, sin embargo, quien ha sido acreditado con el desarrollo de la primera tabla en 1869. Él organizó los 63 elementos conocidos entonces en grupos con características similares y dejó algunos espacios en blanco para aquellos cuya existencia aún no se había podido probar. En 1913, los experimentos del físico Henry Moseley demostraron de manera definitiva que el orden en la tabal dependía no del peso atómico, sino del número atómico; o sea, el número de protones en el núcleo de un átomo.
Como la mayoría de los elementos que siguieron al uranio (elemento 92), "ununseptium" ha sido logrado artificialmente. Este último hallazgo apoya la idea de que existen elementos estables aún por descubrir, aunque nadie sabe a ciencia cierta si la tabla tendrá fin o si otros elementos logrados artificialmente la ampliarán aún más. La pregunta de cuánto más grande puede la tabla de 141 años de edad llegar a ser, no es nada elemental.
Traducción de Isaías Ferreira
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