lunes, 21 de octubre de 2013

¿QUÉ RELACIONES ESTABLECEREMOS EN EL FUTURO CON NUESTROS DISPOSITIVOS? PERO, MEJOR AUN, ¿NECESITAMOS TODAS ESAS COSAS?

Por Pedro Albarracín
Tecno America Economía



Compañías tecnológicas están acelerando la innovación generando nuevos dispositivos, conocidos como 'wearable technology', para satisfacer la demanda de movilidad y conectividad en todo lugar. La pregunta es si realmente los necesitamos. Intel dice que en el futuro desarrollaremos relaciones con ellos. [...] toda una nueva camada de dispositivos (etiquetados como 'wearable technology') llegan a un mercado que aún no entiende a cabalidad que un smartphone no es un teléfono potenciado, sino un computador en la mano.

Algo está ocurriendo en la industria tecnológica global, algo que no podemos descifrar o identificar con claridad, pero que sí podemos percibir o, por lo menos, oler sutilmente. Parece que las compañías están en una transición que ni ellas mismas entienden, ofreciéndonos productos que ponen al límite el concepto de ‘nuevas necesidades'. Google Glass, smartwatches y toda una nueva camada de dispositivos (etiquetados como 'wearable technology') llegan a un mercado que aún no entiende a cabalidad que un smartphone no es un teléfono potenciado, sino un computador en la mano.

El ecosistema clásico de la industria de tecnología empresarial y de consumo, donde existían compañías de hardware, otras de software y otras de servicios, está cada vez más ausente y caduco. Las nuevas necesidades, alimentadas por un deseo incontenible de conectividad y comunicación 'real time', están llevando a las compañías a fusionar sus estructuras internas para acelerar la innovación y provocar el desarrollo de nuevos productos que puedan satisfacer la demanda de hoy: movilidad y conectividad en todo lugar.

¿Se ha dado cuenta cómo cada vez más gigantes de la tecnología están fusionando los componentes de hardware y software, a través de sendas adquisiciones y fusiones? Google ya lo hizo hace algunos años al comprar Motorola, Microsoft lo hizo recientemente al adquirir Nokia, Cisco y SAP están pensando en los servicios corporativos de BlackBerry, mientras que se rumorea que Amazon lanzaría su propio smartphone con HTC el 2014, cosa que Mozilla realizó este año con el lanzamiento de su smartphone OS Firefox, junto a varios fabricantes. Esta alineación estratégica de hardware y software en un solo producto es lo que ha llevado a Apple a ser considerada una de las compañías más valiosas e innovadoras de los últimos años.

Y esta situación está traspasando a todas las industrias y llegando a sectores que históricamente no tenían relación alguna con la tecnología, como es el caso del deporte. Tal como señala un artículo de Bloomberg BusinessWeek,Nike se está transformando, quizás más rápido de lo pensado, en una compañía de tecnología. La exitosa llegada de la serie de dispositivos de medición de movimiento y sensores de rendimiento Nike+ y la estilosa pulsera Fuelband, está convirtiendo a Nike en una compañía tecnológica. Quién lo diría.

"Nike ha transgredido el concepto de ropa, insertando tecnología, datos y servicios, lo que es muy dificil de hacer para cualquier compañía", dice Sarah Rotman Epps, analista de Forrester Research para FastCompany (The world's 50 most innovative companies, marzo 2013).

(Crédito imagen: blog.utest.com)

Las 4 reglas de la tecnología ideal
“Se trata de pasar de la interacción hombre-máquina a las relaciones hombre-máquina”, dice la antropóloga Genevieve Bell, Directora de Investigación de Interacción y Experiencia de Intel Labs. La investigadora expuso la visión de la compañía durante el pasado Intel Developer Forum, donde señaló cómo el ser humano siempre ha sido, y continuará siendo, la principal plataforma móvil, afirmando que la tecnología móvil ha sido históricamente utilizada para extender nuestros alcances físicos y psicológicos, mejorando nuestras deficiencias e incrementando nuestra capacidad de realizar cosas.

“La tecnología de la movilidad ha venido transformando la sociedad humana durante siglos. Su futuro será influenciado no sólo por la reducción del tamaño de la tecnología de cómputo debido a la Ley de Moore, sino también por el crecimiento de la población mundial”, dice Bell. “Nuestra inspiración no nace apenas de la invención de nuevos ingredientes tecnológicos, sino también de las necesidades y deseos de las personas. No es un futuro al que le estamos dando forma –son 7,000 millones de futuros, y seguimos contando”.

Uno de los aspectos principales en el trabajo de Bell es conocer algo simple, pero no menos complejo: qué tecnología quiere la gente. Este trabajo la ha llevado a descubrir importantes percepciones sobre las frustraciones y aspiraciones de las personas en cuanto a sus relaciones con la tecnología, basándose en el aprendizaje de más de 250,000 entrevistas realizadas en 45 países. Bell llegó así a las 4 reglas de la tecnología ideal de futuro:

1-. La gente quiere que la tecnología sea verdaderamente personal. Que los entienda.

2-. La tecnología no debe incomodarnos. La tecnología pesa físicamente, tomando en consideración todos los dispositivos y accesorios que carga una persona, la que en promedio, además, tiene 18 contraseñas que recordar, lo que los agobia mentalmente.

3-. La tecnología debe ayudar a la gente a estar presentes en el momento, en la vida cotidiana. Si un usuario está preocupado por la conectividad o contraseñas, se queda fuera de la vivencia del momento. Los dispositivos deben ser conscientes del contexto y tomar medidas para mantener a los usuarios en movimiento y no debe ser un adormecedor de la realidad.

4-. Debe ayudarnos a ser lo mejor de nosotros mismo, al extender lo que podemos hacer.


“Esta visión global requiere una constante interacción entre lo que la tecnología hace posible y lo que los individuos desean”, afirmó Bell.

2020: 7 dispositivos conectados a la red per cápita

Así señalan un grupo de especialistas que estiman que cada persona del planeta podría contar -en promedio- con 7 dispositivos con distintos tipos de uso para el año 2020, según previsiones que dan cuenta que habrá 50,000 millones de equipos conectados a la red en esa fecha.

Entre los nuevos que se sumarán a la red se encuentran los electrodomésticos, cámaras de seguridad, heladeras e indumentaria, que a través de la web podrían transmitir datos considerados de importancia sobre uso de los aparatos, estado de la casa o cuestiones médicas como la presión arterial de un paciente, entre otras cuestiones. Lo que se conoce actualmente como la Internet de Todo (IoE, por sus siglás en inglés) o la Internet de las cosas (IoT).

Ante esta abrumadora llegada de dispositivos conectados, la cual ya comenzamos a vivir, cabe tomarse un tiempo, respirar profundamente y preguntarse si la tecnología que las compañías están ofreciéndonos con bombos y platillos, como los Google Glass o los smartwatches de Samsung o Apple, son de real utilidad para nuestra vida, qué problemas me solucionarán o qué tareas realizaré mejor.

Quizás sea el tiempo de esperar un poco y ver cómo las compañías afinan estos nuevos productos con ofertas más concretas y servicios de real utilidad. Y algo no menos importante: esperar y observar si las operadoras de telecomunicaciones son capaces de soportar todo este tráfico de datos móviles.

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