martes, 12 de julio de 2011

Nueve mitos de la informática cotidiana


Ni la seguridad es cara ni Mac se libra de los virus. Conoce todas las creencias erróneas que tenemos sobre los ordenadores y otros dispositivos. Algunos mitos ampliamente extendidos pueden hacernos cometer errores con nuestros ordenadores.

La informática no es sólo una actividad, una disciplina y un gigantesco marco en el cual hacer negocios, también es el centro neurálgico de muchas pasiones que generan todo tipo de creencias. Algunas son verdaderas, otras falsas. Algunas buscan el impacto y el posicionamiento sobre productos y puntos de vista. Otras son simplemente consecuencias del avance presuroso de la tecnología y las incapacidades comunicativas para separar lo real de lo ficticio en el discurso cotidiano. Aquí repasamos algunos mitos de la informática cotidiana intentando poner a prueba sus postulados.

1- Más funciones, mejor programa
Para quien tiene años revolviendo entre los baúles insondables del software, esto le debe parecer tan obvio que hasta es posible que lo salte y no lo lea, pero debe reconocer que las empresas todavía siguen ganando millones en base a agregarle peso a sus aplicaciones. Este tipo de aplicaciones se denominan como bloatware, inflaware o directamente software inflado. Motivo de ello es que los desarrolladores, habiendo (o no) llegado a una versión definitiva de su aplicación o no sabiendo por dónde seguir, hinchan a sus creaciones con funciones inútiles, o que sirven pero no pertenecen al grupo de lo que el usuario quería del programa en primera instancia, con lo que generan más incomodidades que ventajas. Como para ejemplificar, es como ponerle internet a los vehículos antes de, por ejemplo, mejorar la seguridad en caso de accidentes. Por eso, la búsqueda siempre se debe orientar a aplicaciones eficientes, es decir, funciones balanceadas con su capacidad de realizarlas al mejor nivel.

2- Para tener seguridad, hay que gastar mucho dinero
Como verán, la seguridad tiene varios exponentes en esta lista de mitos de la informática cotidiana, y esto es porque el temor, el miedo, así como cuando se impone en la sociedad, doblega subjetividades y las pone a merced de cualquier discurso que se proponga como salvador, o como oferente de un producto excepcional, y que normalmente tiene la propiedad de ser caro. Esto sucede con las aplicaciones de seguridad de pago que se presentan como imprescindibles, desprestigiando el valor de las aplicaciones gratuitas, que si bien en otros tiempos eran de paupérrimo desempeño, hoy día se tienen exponentes que generan escalofríos a las corporaciones de seguridad informática. La suposición que da entidad a este mito es que las aplicaciones caras tienen mejores bases de datos y análisis más exhaustivos, además de soporte. Pero la diferencia con los resultados de aplicaciones como Avast, Avira, Sophos, AVG, Comodo y Microsoft Security Essentials -que se han llevado por delante las revisiones de AV Comparatives y otros-, no justifican las cantidades de dinero que se demandan por aquellos antivirus endiosados.

3- Más megapixeles, mejores fotografías
Es uno de los camelos más groseros en la fotografía amateur y en la informática en general. Esto es como decir que Miguel Angel era un genio porque pintaba con pinceles enormes sobre paredes inmensas, pero es lo que el mercado nos ha estado vendiendo constantemente al poner el foco en la capacidad de resolución de las imágenes y no en la calidad de los componentes, como los sensores y su sensibilidad. Ni que hablar de las particularidades de los lentes, pues los detalles son detallados si se los puede capturar. ¿Alguna vez, luego de utilizar una cámara de fabricante de lectograbadoras de DVD, con 20 MP de resolución, detector de sonrisas, antishake, masajes, etc., has comparado la fotografía con la de una cámara de menor capacidad de pixeles pero de compañías con una historia irrefutable en cuanto a desarrollo de lentes? Sí. Esa es la sensación, te estafaron. Esto se da también porque luego de los 6 MP, por una cuestión de medios para reproducirlo y observarlo, la mayor parte del contenido se pierde. Así que la próxima vez que te encuentres ante la disyuntiva, ahorra en megapíxeles y gana en lentes. Y en un curso de fotografía, claro.

4- Para trabajar con gráficos, un Mac es indispensable
En algún momento esto fue una verdad completa, es innegable. La arquitectura de los microprocesadores (basadas en el chip PowerPC) de Apple antes del 2006 tenía ciertas ventajas sobre lo que proponían Intel o AMD, pero con el cambio de estrategia de Apple para utilizar procesadores Intel (por costos, en general), esta ventaja de diluyó parcialmente. Es que más allá de igualarse en este aspecto, por sus características de gestión de fuentes y algunos detalles ínfimos más, Apple sigue siendo apenas más eficiente que Windows o Linux en el tratamiento gráfico a niveles exigentes. Pero antes de que me lancen un iBook Air por la cabeza, hay que decir que ni por asomo la frase que presenta al ordenador de Apple como una opción obligada cuando se va a trabajar con gráficos es válida, pues, y siempre tomando en cuenta que hablamos de un diseñador gráfico serio, la diferencia radica en el presupuesto que se tenga y en cuánto quieres gastar. Las diferencias en cuanto a rendimiento son ínfimas dada la importancia del hardware y lo multiplataforma del software, y en cuanto a dinero siguen siendo absurdamente altísimas. Pero, sobre gustos (y anchura de billeteras) no hay… bueno, ya te lo sabes.

5- Los virus son el peligro mayor para nuestra información
Si bien el análisis de esta aseveración puede llegar a ser el más subjetivo de la lista de mitos de la informática cotidiana, este tipo de presunciones de amenaza son amplificadas hasta el cansancio, y sin embargo no se les quita el halo de hipocresía que las rodea. Lo que quiero decir con esto es que la principal amenaza para nuestra información sensible o la que fuera, somos nosotros. Los virus, y estoy seguro de que nadie cree en tormentas personales que les siguen, no te atacan todos los días y te borran información, sino que es una contingencia que responde a ciertas variables y que se da, en la misma persona, muy esporádicamente. El daño que puede llegar a hacer un virus por sí solo es el menor en relación a la cantidad de variables dependientes de nuestra negligencia, como la inobservancia en la protección de los datos ante ataques informáticos, descomposición de ordenadores, cortes de energía abruptos, robos, falta de limpieza y mantenimiento, indiferencia sobre los backups y, por supuesto, la generación actitudinal de los medios para que el malware se haga con nuestro sistema. ¿Le cambiamos el título al mito? Nosotros somos el peligro mayor para nuestra información.

6- Mac y Linux no tienen virus
Siendo ingenuos y dejando de lado las implicaciones subjetivas que se generan en base al fanatismo y a la ceguera que este produce, hay muchas personas que creen fehacientemente que Linux y Mac no tienen nada de qué preocuparse. Y si bien la ocupación -como para quitar el stress que genera el “pre”- es mínima en cuanto a la que sufren, artificial y también realmente, los usuarios de Windows, quienes tengan los sistemas operativos arriba nombrados deberían no levantar sus escudos y afilar sus espadas ante el enemigo viral, sino modular los cánticos de victoria e infundada soberbia. Cualquier analista de sistemas de seguridad y cualquier empresa, hasta las independientes y sin fines de lucro, declara que que las infecciones de Elf en Linux existen, que ensambladores incrustados en código hacen de las suyas aprovechando cavidades y que los ejecutables a.out en Unix también son potenciales víctimas en el sistema operativo más seguro que por hoy existe, aunque a niveles muy pequeños. En Mac la cosa ya está más difundida desde hace años, pero la persistencia de la negación es un mal que no cesa. Todo lo bueno también tiene defectos, a aceptarlo.

7- Si la tarjeta gráfica tiene más RAM, debe de ser mejor
Puede parecer una tontería, pero el poder que tiene esto para vender es enorme, y si no que se le digan a todos los que han comprado tarjetas nVidia y Radeon de diferentes generaciones pero solo por el nombre. Lo que importa en las tarjetas de vídeo es la capacidad del chip de procesamiento, lo que refiere a la RAM resulta ser como lo que se ve en las cámaras fotográficas digitales y los megapíxeles; son cuestiones cuantificables, y todos sabemos que un número mayor vende más al público desinformado, salvo cuando está ubicado en el precio, claro. Por eso, no te fijes en la cantidad de RAM únicamente, sino en los modelos de las tarjetas y coteja las especificaciones.

8- Los productos mejor reseñados deben de ser mejores
Los que probamos productos o aplicaciones para dar alguna valoración sobre ellos somos personas, y por lo tanto estamos sujetos a, aun con la mejor intención, dejarnos llevar por la experiencia que tuvimos con él. La objetividad no existe, y la elección de palabras es una representación de nuestra estructura mental como agentes sociales inmersos en una maraña de cosas en suceso. Un producto puede tener ventajas para mí, y no tenerlas para ti. Lo mismo al revés. Usa las revisiones como referencias, pero no como determinantes de tus decisiones.

9- El botón de apagado, el USB y otros temores
Apaga tranquilo el ordenador desde el botón, no te desesperes si no paraste el proceso del dispositivo USB antes de arrancarlo del puerto y no gastes energías refrescando la pantalla para liberar RAM, eso ya no sucede hace mucho mucho mucho tiempo.

NOTA DEL EDITOR: Este último punto es debatible; es más, no es del todo correcto. Mi hijo perdió recientemente acceso a un hard drive USB que no desconectó correctamente.

ABC

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